Alicia aborda la adolescencia desde la perspectiva de Maria Montessori, resaltando la importancia de esta etapa como un proceso de transformación interna que requiere acompañamiento respetuoso. El adolescente es comparable a una crisálida, en evolución y que necesita espacio y tiempo para crecer. Montessori permite crear ambientes educativos que respetan este proceso, evitando actitudes de control o sobreprotección.

También es importante generar espacios de libre expresión y exploración de su identidad, sin imponer estructuras rígidas de la educación tradicional. Muchos adolescentes son percibidos como problemáticos por la falta de comprensión de sus necesidades evolutivas en cuanto a autonomía y conexión emocional.

Finalmente, Alicia enfatiza la necesidad de una educación que fomente la autenticidad y el respeto mutuo, entre jóvenes y en su relación con los adultos. Montessori, en esta etapa, busca desarrollar el liderazgo interno de los adolescentes, promoviendo su  equilibrio emocional y el pensamiento crítico. El reto educativo actual es replantearse el papel de la escuela secundaria para formar ciudadanos conscientes y responsables.