Patricia Vandoorne reflexiona sobre la profunda conexión entre ciencia y conciencia en la pedagogía Montessori, destacando cómo este enfoque puede transformar la percepción de la ciencia en el siglo XXI. Subraya que la Educación Cósmica, como pilar de Montessori, fomenta en los niños una comprensión integral del universo, la vida y la humanidad. Desde el comienzo de la infancia muestran interés por el cosmos y cuestiones existenciales, lo que se potencia mediante la exploración y el cuestionamiento.

Patricia hace hincapié en la necesidad de superar el pensamiento antropocéntrico y promover una educación científica conectada con la realidad, donde el aprendizaje no se limite a teorías abstractas, sino que se arraigue en experiencias prácticas. El objetivo es formar seres humanos que comprendan su responsabilidad medioambiental y participen activamente en el cuidado del planeta.

Por último, destaca la importancia de una comprensión humana que trascienda las diferencias culturales y cognitivas, promoviendo la empatía y la solidaridad en un contexto global. Según Patricia, Montessori no solo enseña conocimientos, sino que inspira a los estudiantes a desarrollar una conciencia ética que integre el amor y el respeto hacia la vida en todas sus formas.