Rocío nos muestra cómo los perros de asistencia se convierten en aliados clave para niños con autismo. Lejos de ser solo compañía, cumplen funciones concretas como prevenir fugas, acompañar en crisis sensoriales o favorecer rutinas. Su presencia permite acceder a experiencias cotidianas que, de otro modo, serían inaccesibles o estresantes para muchas familias.

Con una metodología basada en ciencia, Rocío detalla cómo se seleccionan, entrenan y vinculan estos animales. Explica cada etapa del proceso: desde la socialización temprana hasta el emparejamiento personalizado con el niño. Todo el trabajo está guiado por el respeto al bienestar animal, la diversidad neurológica y la mejora de la calidad de vida.

Pone el foco en el impacto emocional y práctico en el núcleo familiar: cómo los perros facilitan la participación en la vida diaria, mejoran la autonomía y generan nuevas oportunidades de bienestar para todos los miembros del hogar. Este vínculo ayuda a romper barreras invisibles y abre paso a una vida más habitable, amable y compartida.