Hay vida después de la lactancia y no hablamos solo de las papillas. En los últimos años la alimentación complementaria ha adquirido una gran importancia para muchas familias. ¿El secreto? Dejar que el bebé vaya a su ritmo y respetar su voluntad en las comidas.

Esta popular alternativa se conoce como Baby-lead Weaning (BLW) y es un método cuyo objetivo es la introducción de los alimentos sólidos a la dieta del bebé, siempre a partir de la demanda de este, (ya hablamos hace tiempo de ello en este artículo del blog).

 

 

Lo que pretende es que los pequeños pasen de la leche materna o en polvo a comer sólidos sin necesidad de pasar por los purés o las papillas, pudiendo comer desde alimentos crudos hasta platos cocinados y más elaborados, (siguiendo siempre unas pautas de seguridad como por ejemplo no dar alimentos duros con los que se pudiesen atragantar como zanahorias o frutos secos). Esta novedosa técnica contiene multitud de ventajas. Aunque la más evidente es la relación directa entre el bebé y el alimento real, la agilidad que desarrollan quienes la usan es una realidad totalmente visible. Incapaces de manejar cubiertos, los más pequeños aprenden a usar sus manos de forma muy rápida y reciben una cantidad superior de estímulos sensoriales que les aportan información y aprendizaje, además de reforzar la coordinación óculo manual y la motricidad fina.

Esta nueva forma de entender la alimentación de los peques hace que las opciones a la hora de cocinar se multipliquen y además podamos compartir mesa en familia, que es una parte muy importante de la educación. Hacerse cargo de un bebé reduce nuestra capacidad temporal,  (ya sabemos cómo es el día a día real de madres y padres), por lo que a veces una buena opción es contar con un robot de cocina que nos haga de “pinche”.  Este instrumento permite cocinar un montón de platos y muy variados de la manera más fácil posible, por lo que podrás adaptar la dieta a las necesidades de tu bebé. Recetas varias, desde platos de pasta o arroz hasta guisos de pollo o pescado. Incluso cremas, como esta receta de crema de calabaza que encontrarás aquí. A mis peques les encanta y mucho más si ls doy la oprotunidad de ayudar en su preparación cuando se suben en la torre de aprendizaje y luego terminan decorando el plato con un chorrito de nata líquida, virutas de jamón o picatostes recién hechos, ¡mmmmmmmm!

 

 

Es una buena opción para no romperte tanto la cabeza a la hora de utilizar el método BLW. El robot de cocina está programado para cocinar casi cualquier cosa, incluso comidas con una menor cantidad de calorías. La gran variedad que ofrece a la hora de cocinar alimentos hace que sea un instrumento perfecto para que los bebés aprendan a comer bien y de todo desde bien pequeños, hecho que mejora su salud y reduce la posibilidad de sufrir sobrepeso, (ya he hablado en otras ocasiones de la gran importancia de educar en hábitos alimentarios correctos desde la infancia y no dejarnos manipular por esta poderosa industria).

¿Qué te parecen estas ideas? ¿Conocias el BLW? ¡Me encantaría si me cuentas si lo practicas y cómo organizas el menú familiar!

 

 

 

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