Me gustaría reproducir un texto de  Vimala Schneider, la fundadora del la Asociación Internacional de Masaje Infantil IAIM y que estudiamos en la formación de educador de Masaje Infantil. Me parece realmente precioso y para reflexionar mucho, espero que os guste.

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Mi trabajo con padres y bebés durante los últimos doce años me ha confirmado que los bebés tienen tres necesidades comunes: Necesitan conectar con sus cuidadores, recibir señales sensoriales concretas para responder adecuadamente, y ser escuchados. Cuando estos tres factores tienen lugar (interaccionadamente) en un ambiente sano, los bebés irradian salud, bienestar y satisfacción, independientemente de! carácter de cada uno. Cuando alguna de estas necesidades no queda satisfecha, el bebé tiene que emplear una gran cantidad de energía para adaptarse a las consecuencias.

Los bebés necesitan conectar con sus cuidadores

Joseph Chilton Pearce, en “Magical Child Matures (La mágica maduración del bebé) enfatiza que es innato en lo niño/as “seguir el modelo” que los padres les presentan. Explica que el cianoíipo interno, en su proceso de desarrollo, contiene todas las posibilidades para su realización. Por tanto las experiencias particulares que tienen los niño/as dependen de lo que sus modelos reflejan en ellos. El cianotipo interior lleva al niño/a a buscar aquellos espejos y a interaccionar con ellos. •

Por ejemplo, si un bebé de madre hispano parlante es llevado a una madre de habla swahili, la estructura de su lenguaje será swahili. Las posibilidades para el lenguaje están en el cianoíipo universal interno del bebé; el espejo colocado frente a él, en la forma de modelo de cuidador, extrae de su cianotipo interior la configuración particular de la expresión del bebé. Los modelos no presentados causan la atrofia de aquella parte del cianotipo; es mucho más difícil aprender otro idioma después de este período específico en el cual el modelo es de importancia básica para el niño/a.

Cuando aplicamos esta idea a los modelos espirituales y emocionales podemos empezar a ver la importancia de las sutiles señales que damos a nuestros niño/ as. Es i importante tener en cuenta que no se trata de u n proceso mecánico ; es más holístico. Se impregna en el ser y no solamente en una parte, como por ejemplo el intelecto. Un padre o una madre que presente un modelo de realización intelectual puede desplegar en el cianotipo del niño/a una gran inteligencia, pero sin una adecuada sensibilidad hacia sus otras necesidades, se convertirá en una persona muy inteligente pero carente de emotividad y sensibilidad.

Escuchar al bebé

Foto cortesía de de Lírica Aragão (Flickr)

Cuando apoyamos correctamente al bebé en su totalidad desde el principio, crece con seguridad y confianza. ¿Cómo se logra esto? Transmitiendo respeto, prestan-do atención, siendo honestos y ofreciendo amor incondicional en nuestras re.laciones con los niño/as.

Los padres que no creen que su bebé tiene capacidad de interacción, o que no es suficientemente “rápido” para captar las señales y estímulos del medioambiente, no tienen en cuenta la presencia del bebé. El bebé recibe este mensaje: No soy merecedor de respeto. Surge el conflicto entre el cianotipo interno del niño/a, que asume las limitaciones que le han dado, y el mensaje que le llega de los padres, con quienes se ve impulsadq a estar de acuerdo.

Dependiendo de la situación, de este conflicto puede surgir fustracíón y más tarde enfado, o depresión y falta de fe. Por la manera que nuestra sociedad está estructurada, raramente nos damos cuenta de todo esto hasta que el niño/a llega ala edad adulta, cuando su manera de ser cuenta más, por su capacidad, para formar parte de la sociedad como un todo. Entonces se hace muy evidente; la gente a quien le es imposible dar, o que persiste en comportamientos autodestruc-tivos, vengándose y destruyendo a los que les rodean.

Los bebés necesitan señales sensoriales

Los bebés están preprados por la naturaleza para una serie específica de eventualidades que desbloquean el cianotipo de las limitaciones que llevan consigo. Al nacer ya están alerta y preparados para empezar; las hormonas del estrés producidas al principio del parto han ayudado a crear un número masivo de nuevos eslabones de conexión entre las neuronas y el cerebro del recién nacido.

El bebé está preparado para todo el aprendizaje que tendrá lugar en los meses siguientes. Pero si su cuerpo sigue produciendo hormonas del estrés, este momento importante se pierde; tiene lugar una especie’de shock con el cual el cerebro se bloquea. El sueño invadirá al bebé y se volverá irritable, no participará y sonreirá poco durante las cuatro o seis primeras semanas de vida.

El cerebro del bebé precisa de ciertas señales que le indiquen que puede parar la producción de hormonas del estrés inmediatamente después del nacimiento. Estas señales vienen del sistema sensorial de la madre e incluyen el contacto con la mirada, contacto piel a piel, reconocimiento del sonido de la respiración de la madre y de los latidos de su corazón, el olor de su cuerpo y el sonido de su voz. Cuando el bebé recibe estas señales se detiene la producción de hormonas del estrés, y está preparado para utilizar las nuevas conexiones de! cerebro.

Bebés

Foto cortesía de Mulan, (Flickr)

Este bebé responderá, será interactivo y sonriente dentro de las 24/48 horas después del nacimiento. Estas señales placenteras vuelven a la madre que a su vez responde, iniciándose así la danza de los vínculos afectivos: La madre, sigue produciendo estas señales sensoriales, variándolas, y adaptándolas a cada etapa del desarrollo, permitiendo así que el cianotipo interno del bebé se extienda dentro de la seguridad que ofrecen estos estímulos que le son conocidos, y desde los cuales puede aventurarse lentamente a salir al resto de! mundo.

No obstante, los bebés que por alguna razón han sufrido estrés después del nacimiento, no están sentenciados a un desarrollo’emocional y espiritual menos óptimo. Unos padres conscientes pueden tener paciencia con un niño/a que ha estado separado de ellos, oíreciéndole seguridad, y dejando espacio para que el bebé pueda abrirse poco a poco.

Demasiado a menudo, a causa del estrés que sufren los padres (y por una propia infancia poco óptima) se produce una frustración por la falta de respuesta del bebé, y llegan a la conclusión de que al bebé no le gustan sus padres, o de que el bebé es incapaz de comprender. Los padres empiezan a sentirse impotentes e inútiles y, sin proponérselo, se convierten en modelos de frustración para el pequeño/a.

Los últimos estudios psicológicos están empezando a demostrar que los bebés son más capaces de “comprender” lo que sucede a su alrededor que lo que nosotros creemos. Ellos tienen diferentes maneras de procesar la información, así como los niño/as difieren de los adultos en la forma de interpretarlas cosas. Pero estoy convencida de que los bebés captan las energías esenciales y los mensajes — sentimientos ambientales – de las situaciones y de las personas que les rodean, muy especialmente de su principal fuente de información como son los padres. Además los bebés tienen sus propios sentimientos y una necesidad de expresarlos.

Los bebés necesitan ser escuchados

Cuando en mis seminarios de Masaje Infantil empiezo a hablar sobre temas de niños, me gusta empezar con una analogía representada normalmente por participantes.

Imagina que acabas de pasar una experiencia traumática, algo que te ha afectado profundamente; que estás a punto de llorar, te sientes incapaz de relajarte o concentrarte, y acudes a tu pareja o a un amigo/a en busca de ayuda. Empiezas a hablar de tu problema y de como te sientes. Después de un momento de simpatía, tu amigo/a empieza a sisear diciéndote: “Venga venga, no es nada. Por favor, no llores. No puedo soportar que llores. ¿Quieres comer algo? ¿Quizás deberías ir al doctor?” Probablemente secarás tus lágrimas, guardarás tu dolor para no estropear la relación y porque las respuestas de tu amigo/a te han indicado que no está bien comportarte así en su presencia.

Ahora imagínate la misma situación cojiuna respuesta diferente por parte de la otra persona. Empiezas a hablar de tu problema y de como te sientes. “Estoy contigo”, dice el amigo/a. “Cuéntamelotodo. Veo que estás sufriendo y deseo que sepas que te quiero y que me gustaría ayudarte y compartir esto contigo”. El amigo/ate rodea con sus brazos y tú te relajas con profundos sollozos sintiendo la seguridad de su presencia. Sigues explayándote, algunas veces incoheren temente y el/ella sigue allí diciendo: “Cuéntame más cosas, y ¿luego que pasó? Esto debe haber sido muy doloroso para ti”. Sientes su soporte y confianza y que te da la posibilidad de descargarte. Finalmente puedes centrarte de nuevo. Vuestra relación es ahora más fuerte. El amigo/a se siente bien por haberte ayudado y tú estás mucho mejor y recuperas tu ánimo.

Los bebés necesitan ser escuchados lo mismo que cualquier persona. He visto muchos casos en los cuales las respuestas de un niño/a, y su disposición en general, han cambiado completamente después de haberles escuchado sinceramente.

Una vez estaba demostrando algunos movimientos de masaje con un bebé que había sido prematuro y había padecido .el consiguiente trauma por haber sentido la piel de su pecho agredida, lo cual le había producido algunas cicatrices. Su madre me comentó que Le gustaba recibir masaje, aunque no aceptaba que le tocaran el pecho. El bebé respondió bien y aceptó el masaje en las piernas, pies y abdomen. Cuando llegué a la zona el pecho empezó a llorar. En lugar de parar y acallarla, continué suavemente amoldando mis manos en su pecho. Empecé escuchando con interés todo lo que el bebé podía estar diciendo a través de sus lágrimas. “Sí, has pasado por mucho dolor”, le dije, “explícamelo todo, te estoy escuchando”. • . t- El bebé gritó fuerte, y más tarde su boca tomó un gesto diferente (cambio que he visto muchas veces). Aunque seguía llorando, movía su boca como si hablara. Me miró intensamente como si tratara de decirme algo importante. “Fuiste muy valiente”, respondí. “Yo se que tu mamá está muyorgullosa de ti. Guando estés preparada para dejar a un lado el dolor, ella estará contigo para ayudarte. Todos aquíte queremos mucho”. Continué dándole un suave masaje en el pecho mientras lloraba, haciéndole saber que la estaba escuchando. Después de unos minutos sus gritos se calmaron y su madre la tomó en sus brazos para confortarla.

Al día siguiente la madre trajo al bebé de nuevo para una demostración. Esta vez, cuando empecé el masaje sobre su pecho abrió sus brazos y me sonrió. La madre me miró con lágrimas en los ojos, diciendo que era la primera vez que el bebé permitía que alguien le tocara el pecho. Más adelante, la mamá del bebé manifestó que a la niña le gustaba el masaje aceptándolo completamente. “

Escuchar a un bebé con interés y comprensión, no es muy distinto de escuchar a un niño/a o a un adulto. Se requiere empatia, amor auténtico, y respeto por su vivencia. Creo que la razón por la cual nos resulta tan difícil escuchar a nuestros bebés es porque durante nuestra infancia pueden haber habido muchas frustra-ciones y sentimientos desatendidos. Cuando oímos llorar a nuestros bebés, más que escuchar de verdad lo que nos dicen, sobreponemos a nuestro niño interior. Nuestro impulso más fuerte es calmar a aquel bebé.

Cómo escuchar a un bebé

Cuando estoy con un bebé, o trabajando con él y empieza a hablar, a inquietarse o a llorar, tengo en cuenta tres puntos:

Primero.- Hago una larga, lenta, y profunda respiración relajando todo mi cuerpo. Esto contrarresta la tendencia a contener la respiración y a tensarse.

Segundo.- Me situó, por un momento, junto a mi bebé interior, reconociendo que para escuchar realmente a aquel bebé, debo estar clara yo misma.

Tercero.- Si es posible, conecto con la mirada del bebé. Si la evita, pongo mis manos sobre él/ella, suave pero firmemente, para conectar a través del tacto. Dejo que mi energía vaya hacia el bebé, diciéndole con mi voz, mis ojos, y mis manos que me gustaría escuchar lo que tiene que decir.

Luego permanezco junto al niño/a manteniéndome relajada y receptiva, respondiéndole y atendiendo el lenguaje de su cuerpo. Observo su boca y lo que dicen sus ojos. Cuando estoy segura de que se siente escuchado/a y ha dicho todo lo que tenía que decir, le ofrezco arrullarle, si lo necesita, caminando, o con suaves golpecitos para ayudarle a organizarse de nuevo. Un bebé que se siente escuchado dormirá más profundamente y se mostrará más confiado la próxima vez que nos vea.

Cuando escuchamos de verdad a un bebé, estamos cubriendo sus necesidades psicológicas. El mensaje es: ‘Tú te mereces respeto. Te aceptamos tal como eres”. Esto satisface al bebé y crece en confianza, sintiendo que tiene un lugar en el mundo. Sus receptores sensoriales toman el mensaje y todo su cuerpo se relaja. Su espacio para el amor se llena a rebosar, y al crecer buscará oportunidades para compartir este amor con otros. ¿Cómo lo hará? Siguiendo el modelo que se le ha dado. Será para los demás lo mismo que sus cuidadores han sido para el/ella. ¡Qué ciclo tan sano y hermoso!

Fuente: Manual de Instructor de Masaje Infantil

Vimala Schneider

Un abrazo, ya sabes que te espero en los comentarios.. 🙂

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