Hoy se ha generado un enorme debate en redes tras las palabras que pronunció ayer 29 de enero la vicepresidenta y Ministra de Trabajo Yolanda Díaz durante su intervención en un acto del Ministerio de Derechos Sociales.

Además de seguir defendiendo la reducción de la jornada laboral, habló de la necesidad de establecer una prestación prestación universal por crianza de 200 euros para todas las familias con hijos a cargo y planteó como “tarea pendiente” el debate sobre la existencia de servicios de guardería también en horario nocturno, para cubrir las necesidades de padres que trabajan en horario nocturno.

El refuerzo del Estado del Bienestar es un eje fundamental del programa del movimiento político Sumar, tal y como se puede leer en el punto 5.5 del documento para su asamblea anual, prevista para el mes de marzo.

La ministra de Trabajo abogó ayer por asegurar la universalidad de los derechos.

“La clave es que todo ser humano tiene derecho a ir a la universidad, a estudiar, a ir al médico o disponer de protección social cuando no tengamos una renta”.

En referencia a este punto, Diaz cuestionó el aumento de las privatizaciones en el sector educativo, y más aún en la etapa de primer ciclo de infantil (niños y niñas de 0 a 3 años).

Criticó la “ofensiva neoliberal“, defendiendo que “privatizar es la otra cara del modelo no universal“, puesto que a su juicio esto significa “hacer negocio con los derechos para que solo una parte de ellos puedan acceder“.

“¿Tenemos alguna escuela infantil de cero a tres años en nuestro país que abra y preste servicios públicos 24 horas al día?. Hablo ya privada, no digo pública…,”¿La gente no trabaja por la noche? ¿Los trabajadores y trabajadoras de la limpieza, los sanitarios, los periodistas?. No sé, ¿no se trabaja por la noche? Digo, ¡tareas pendientes!

¿Quién tiene que cuidar a la infancia?

Y esta es la gran pregunta.. ¿Las madres? ¿Los abuelos? ¿El estado? ¿Los padres? ¿Las empresas?

¿Existen experiencias de escuelas infantiles en horario nocturno?

Haberlas “ailas”, como dicen en Galicia..

En realidad, hace más de una veintena de años que aparecieron en España los primeros hoteles infantiles o guarderías con servicio 24 horas, aunque la expansión de este tipo de negocios no ha tenido mucho éxito.

Es cierto que la incorporación de la mujer al mundo laboral ha creado nuevas necesidades, al mismo tiempo que enormes desigualdades, ya que seguimos siendo las principales responsables del cuidado del hogar y de los hijos, llegando a tener una “triple jornada laboral“, tal y como comentó la propia Yolanda Díaz en los actos que se celebraron el Día de la Mujer Trabajadora el pasado 2024, lo que que obviamente repercute en la falta de tiempo para descanso, ocio y autocuidado,

“Las escuelas infantiles que hay en nuestro país están pensadas para [ciertos] horarios y a veces pienso en una mujer bombera, guarda forestal o que haga turnos de noche en la sanidad. ¿Qué sucede por la noche? ¿Nadie nos cuida a nuestros hijos?”.

La verdad es que en esta frase yo me pregunto dónde quedan los padres de las critaturas, que son la “parte contratante”, pero, dejando a un lado las bromas, la triste realidad es que los cuidados (ya sean de menores o de mayores), siguen recayendo mayoritariamente sobre las mujeres, que somos las que reducimos nuestra jornada laboral y pedimos más permisos para llevar a nuestros hijos al pediatra o acompañar a nuestros mayores al médico o en una operación.

La propuesta de Sumar es evolucionar a otros modelos como los que tienen los países nórdicos. Según Diaz, de este modo podría desarrollarse una red de escuelas infantiles de carácter públicas que abriesen en “horarios de la vida”.

Sin embargo, la reflexión más urgente que tiene que darse en nuestra sociedad tiene que ver con el tiempo de vida, la corresponsabilidad, la conciliación y el tiempo de trabajo”, algo por lo que lleva años luchando Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres y presidenta de la Asociación Yo No Renuncio, haciendo un trabajo excelente.

¿Tienen los niños que adaptarse a los horarios de las jornadas laborales de los adultos?

El presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), Juan Sánchez Muliterno, cree que la oferta de las escuelas infantiles privadas ampliando hacia horarios vespertinos es más realista que la de la red pública, que generalmente cumple un horario escolar hasta media tarde.

Sánchez explica que las escuelas infantiles privadas que llegaron a ofrecer servicio de 24 horas no tuvieron buen resultado por varias razones: por un lado, porque el servicio suponía un gran desembolso para las familias, y por otro, porque para ocasiones esporádicas los padres suelen recurrir a cuidadores conocidos por sus hijos o familiares (normalmente abuelos).

Este es el vídeo que nos preparó para nuestro congreso Revolución de en las aulas que hicimos hace un año, en el que explica la importancia de esta etapa del desarrollo.

Por otro lado, desde la Asociación de Centros de Educación Infantil de Madrid, se señala que la experiencia de las guarderías 24 horas se ha ido transformando hacia un modelo de escuelas infantiles con un horario de apertura más prolongado, ofreciendo en algunos casos desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.

Esta fórmula obtiene mejores resultados que con la apertura ininterrumpida, porque haber niños que no puedan acudir a los centros por las mañanas pero sí puedan hacerlo dese medio día y las familias necesiten dejarlos allí varias horas. Ejemplos de escuelas que ofrecen este servicio son El Petit Lord de Girona, Paides en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y Genios, en Alicante.

A día de hoy, el servicio nocturno se ofrece en algunas escuelas infantiles, pero con unas normas muy claras, como que el niño esté matriculado en el centro y así conozca al personal, o que ningún niño pueda salir a partir de las diez de la noche, para poder adecuar así los horarios a las rutinas de las niños y niñas, que están en un momento de pleno desarrollo.

Una de las cuestiones que suscita más polémica en este asunto es el hecho de que las criaturas tengan que adaptarse a los ritmos y horarios del mundo adulto, madrugando mucho y pasando muchas horas en la escuela (generalmente más que la propia duración de la jornada laboral), pero sobre todo, sin pasar tiempo con sus progenitores, que son sus figuras de apego.

¿Hemos olvidado los experimentos que se hicieron en los orfanatos tras la segunda guerra mundial? ¿Qué sucedía cuando los niños tenían sus necesidades básicas cubiertas, como higiene, alimentación y sueño, pero carecían de cuidados cariñosos y de afecto? ¿Terminaremos encargando estos cuidados a una Inteligencia Artificial con peluche?

Adaptar el horario de los niños a los padres no es una necesidad que se deba cubrir. Es urgente adoptar proteger a las familias y asegurar medidas que garanticen una conciliación real.

Ese es el verdadero debate.

Firma de Miriam Escacena, de Tu Guía Montessori, para cerrar las entradas del blog.