Queridos amigos,

Hoy publico este artículo siendo 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.

En este artículo me gustaría hablar de diversidad y el enfoque de una verdadera educación inclusiva, recordando también que María Montessori comenzó sus primeros años de ejercicio profesional en lo que vulgarmente llamaban “manicomios”, donde encontró alumnado con necesidades educativas especiales prácticamente abandonados por el sistema, ya que en aquella pena se pensaba que no merecía la pena educarles (de hecho, hablaban de ellos como “niños ineducables”). Fue entonces cuando se llevó las manos a la cabeza, pidió permiso para poder trabajar con ellos y logró enseñarles muchos conocimientos y habilidades para la vida, empezando con algo tan importante como a leer y escribir para que pudieran tener una vida lo más digna posible.

Tal y como expliqué en una entrevista que me hicieron en Servimedia, la neurociencia actual demuestra lo que la Dottoressa predijo hace más de un siglo tras sus más de cuarenta años de observación y trabajo directo con niños en diferentes lugares del mundo.

Montessori no era nada capacitista, y estaba convencida de que todos los niños podían aprender aunque tuvieran alguna dificultad. Si por ejemplo falla un sentido, como en casos de existencia de una discapacidad auditiva o visual, entonces, se potencian todos los demás. Para ello, ella diseñó gran cantidad de materiales manipulables que potenciaban la autoeducación de los más pequeños.

Todo esto se ve muy bien en la película María Montessori que estrenaron hace dos años y en la que tuve el placer de colaborar con la distribuidora y hacer un pre-estreno en Madrid con mesa redonda.

No debemos olvidar nunca que el Montessori combinaba medicina y pedagogía, y su pedagogía es mucho más que un método, es realmente una forma de mirar a la infancia, una filosofía de vida.

En las aulas no se ven las diferencias, sino las potencialidades de cada niño y cada niña.

Quizá uno de los pilares más interesantes que contribuyen a ello es que no se se separa por año de nacimiento: se juntan niños de tres años consecutivos, lo que favorece que que cada niño se pueda adaptar a su ritmo en función de su desarrollo cognitivo, físico y social, (en este otro artículo puedes leer sobre cómo es un día en una escuela Montessori).

Cómo se dividen los ciclos educativos en el sistema educativo Montessori

Además, en la pedagogía Montessori no hay libros o asignaturas, trabajamos con el currículo expuesto en forma de materiales sensoriales clasificados por áreas de aprendizaje.

Se confía en que cada niño y cada niña es capaz de construir su propio aprendizaje en función de sus intereses y sus periodos sensibles.

Los materiales son manipulativos y autocorrectivos, por tanto los niños y niñas pueden descubrir los aprendizajes por sí mismos de forma autónoma y esto hace que el maestro pueda no tenga que plantear continuamente actividades dirigidas y por tanto pueda dedicar tiempo a la observación, que es la base del método.

El hecho de que los materiales tengan su propio control del error es una gran motivación, porque es como si el infante tuviera que resolverlo retándose a sí mismo. Eso hace que sea muy estimulante y muy gratificante, tienen el sentimiento de logro, de ‘yo solito soy capaz’ y eso redunda en la autoestima.

Todos los años dedico un eje temático del Congreso Internacional Montessori a hablar de este fascinante tema, en el siguiente vídeo puedes ver un resumen de algunas conferencias del año pasado, que fueron las siguientees:

¿Te interesa aprender más sobre pedagogía Montessori?

Si quieres saber más y formarte en esta apasionante pedagogía que es toda una filosofía de vida, te invito a que eches un vistazo a nuestros posgrados universitarios, son una gran oportunidad porque la mayor parte de la formación que existe en cuanto a este enfoque pedagógico se imparte por instituciones privadas, y el hecho de tener respaldo universitario le aporta un reconocimiento y rigor académico importante.

Ambas formaciones son internacionales y accesibles de forma online desde cualquier parte del mundo.

Además, si resides en España también puedes consultarnos sobre nuestra formación para centros educativos y profesionales de la educación, trabajamos con centros de formación del profesorado de todo el país, así como con sindicatos y también somos entidad acreditada por FUNDAE; por lo que casi todos nuestros cursos son bonificables.

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Y si, además, sientes que todo esto conecta con tu filosofía de criar y educar te recomiendo que eches un vistazo a nuestro curso Montessoriza tu Aula, a la formación para docentes y centros educativos o a nuestro Diplomado universitario en Pedagogía Montessori y su Aplicación a la Educación Infantil, en el que profundizaremos en el uso, presentación y secuenciación de los materiales, además del desarrollo del niño, las bases científicas y pedagógicas de la filosofía Montessori…

Firma de Miriam Escacena, de Tu Guía Montessori, para cerrar las entradas del blog.

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